Un año después de nuestra reserva, llegó el momento de poder cenar en El Celler de Can Roca, en Girona. El templo por excelencia de la gastronomía mundial. Y es que este restaurante gerundense ha sido uno de los mejores restaurantes de todo el mundo durante la última década. Obteniendo el primer lugar en los años 2013 y 2015. Por descontado, y como no podía ser de otra manera, cuenta con la distinción de tres estrellas Michelin de la apreciada guía.
El restaurante es regentado por los tres hermanos Roca con la misma humildad que cuando lo abrieron en 1986. Seguramente ahí radica su éxito, aparte de ser cada uno de ellos uno de los mejores del mundo en su posición. Así tenemos que Joan Roca es el chef del restaurante, Josep Roca es el jefe de sala y sumiller y el más pequeño de los tres, Jordi Roca, se ocupa de la parte dulce del restaurante, siendo el repostero jefe del restaurante.
A inicios del siglo XVI, Miguel Ángel (Michelangelo) se encargó de decorar la bóveda de la Capilla Sixtina, la residencia oficial del papa. Los que entienden de arte dicen que aquello fue una obra sin precedentes que cambiaría el devenir del arte occidental. Tal fue aquel hecho, que aquellas pinturas del pintor italiano fueron descritas como “Belleza inigualable“.
Obviamente nosotros no entendemos de arte, pero estamos seguro que la oferta gastronómica del restaurante gerundense se acerca mucho, por no decir que iguala, a aquella obra de arte. Cada plato servido en el Celler de Can Roca (Girona) es algo mágico, es un deleite para los sentidos. Cuando estás sentado a la mesa, estás deseando acabar el plato actual para ver el siguiente. A nivel visual es un escándalo, pero es que a nivel gustativo… No hay palabras. La explosión de sabor en boca es, también, de una belleza inigualable. Más aún si tenemos en cuenta el juego de texturas que encontramos.
📝Crítica gastronómica de El Celler de Can Roca, Girona 📝
Local 🏬
El Celler de Can Roca está ubicado en la calle Can Sunyer, número 48 de Girona. El restaurante no está en el centro de la ciudad, sino a unos 2 kilómetros, en un barrio humilde de trabajadores. Muy cerquita de donde los padres de estos tres magníficos artistas tienen aún el restaurante inicial de la familia y donde se iniciaron profesionalmente.
En 1.995 la familia Roca adquiere la anhelada Torre de Can Sunyer, donde inicialmente la destinan a un negocio de catering y eventos. No es hasta 2.007 que se trasladan a este nuevo espacio, denominado desde entonces Torre de Can Roca.
En la entrada a la finca lo primero que nos encontramos es un pequeño jardín, donde, después de la experiencia gastronómica, será el lugar donde nos podremos tomar los petit fours y, si queremos, alguna copa. Desde el propio jardín, se puede ver que la cocina de ubica en la planta baja de la Torre de Can Roca.
Anexada a la Torre, encontramos la sala del restaurante, una sala triangular como símbolo de los tres pilares que forman cada uno de los hermanos Roca. En el centro de ese triángulo, un bosque interior que forma un patio interior acristalado que permite la entrada de luz a la sala.
En la sala, grandes mesas redondas, con mucha distancia entre ellas, algo que ya era así antes de la pandemia.
Ambiente 🕯️
Recepción
Habíamos reservado nuestra cena para empezar a las ocho de la tarde, pero unos días antes nos pidieron si podíamos ir al restaurante media hora antes. De esta manera, entramos al restaurante muy puntuales a las 19:30h.
Nos dirigimos a la recepción y allí les indicamos que teníamos una mesa reservada. Allí estaba Joan Roca, deseando una buena velada a todos los comensales que llegaban. Aunque para él yo era un comensal más, para mí fue todo un honor poderlo saludar de tú a tú y estar a sólo unos centímetros de un gran chef de su altura.
Entrada en la sala
Cuando entramos al restaurante ya estaba prácticamente lleno, solo quedaban dos mesas que se ocuparon poco después de la nuestra. Pese a ser una sala relativamente grande, la ocupación es moderada, habiendo sólo una fila de mesas en la sala triangular. Todo y entrar con el restaurante prácticamente ocupado en su totalidad, el ambiente que se respiraba era increíble. Todos los comensales en su mesa, deleitándose con la propuesta del restaurante gerundense, haciendo fotos, comentando los platos…
Como decíamos, nuestra entrada fue a las siete y media de la tarde y no abandonamos la sala hasta la medianoche. Es decir, estuvimos un total de cuatro horas y media que pasaron súper rápido. En todo momento hubo tranquilidad y calma en la sala, pudiendo mantener una conversación sin ningún tipo de problemas.
Solo hubo algún momento puntual en que una mesa de cuatro comensales alzaba la voz y se podía escuchar la conversación en las mesas anexas. Por suerte, el restaurante tiene dos reservados para grandes grupos y se puede disfrutar de la cena con bastante tranquilidad.
Servicio 🤵🏻
Bienvenida
En un restaurante como El Celler de Can Roca, con tres estrellas Michelin, el servicio no podía defraudar, y no lo hizo.
Al principio fue un poco caos porque en unos cinco minutos nos atendieron más de cinco camareros diferentes. El primero fue un camarero que nos dio la bienvenida y nos explicó cómo funcionaba la carta (usando un código QR). En dos momentos distintos vinieron dos sumilleres a pedirnos la bebida, dos camareros a pedirnos el menú, uno a ofrecernos una copa de cava de bienvenida y otro para acomodar nuestros enseres personales. Como nota graciosa decir que fue un poco estresante porque no parábamos de ver caras nuevas y no sabíamos con quién habíamos hablado y con quien no, más aun teniendo en cuenta que los camareros llevaban mascarilla.
El pase
Una vez se estabilizo todo, ya tuvimos a nuestro camarero de referencia. Siempre atento, muy servicial y predispuesto. Nos explicó los platos con mucho detalle y siempre se preocupó de que tuviéramos agua o vino en nuestros vasos y copas. Si en cualquier momento teníamos dudas con algún ingrediente o elaboración del plato no dudaba en respondernos muy amablemente.
Si bien el trato del servicio fue excelente, sí que echamos de menos un trato mucho más próximo como el que tuvimos en el restaurante almanseño Maralba la semana anterior. Aunque también hay que decir que ya nos esperábamos este trato tan profesional en el restaurante gerundense debido a que se trata de un restaurante con tres estrellas Michelin y uno de los mejores del mundo. Es evidente que esa proximidad no se puede ofrecer en este tipo de restaurantes.
Menú 👨🏻🍳
En el Celler de Can Roca (Girona) solo tienes dos opciones para comer, pero que son suficientes. La carta dispone de dos menús. Un primer menú más pequeño que consta de 6 platos y 2 postres. Y luego el menú festival, donde nosotros pudimos degustar hasta 12 platos y 3 postres. No hay (relativa) gran diferencia en el precio, así que optamos por el menú grande para poder así, disfrutar el doble de la experiencia.
Entrantes
Por si en el menú festival hubiera pocos platos, la antesala fue una ronda de hasta 16 entrantes. Eran entrantes pequeños tipo tapa, para comer todo de un bocado y sin cubiertos.
Cada uno de los 16 bocados era una explosión de sabor en boca, algo deslumbrante. En cada entrante se percibía una combinación de sabores y texturas que era algo fabuloso.
Menú Festival
El pase del menú fue algo abismal, algo asombroso. El nombre del menú le queda a la perfección, es todo un festival. Pudimos degustar doce platos muy variados y tres postres.
Empezamos con una ensalada verde. Pero la sencillez del nombre no refleja para nada el plato. Podéis ver la ensalada en una de las imágenes de esta publicación. Llegamos a contar hasta 8 ingredientes distintos y hasta 7 elaboraciones, vamos, nada que ver con una ensalada verde al uso.
Después de este plato inicial pudimos degustar una gran variedad de platos con un altísimo nivel, desde platos de verdura hasta platos de carne, pasando por platos de marisco y pescado. Cada uno de ellos con gran explosión de sabor y texturas. Cada plato contaba con una larga lista de ingredientes y elaboraciones.
Si tuviéramos que destacar algún plato, lo haríamos con el tartar de remolacha. Un plato con ese ingrediente como principal donde se descubrían variedad de sabores y texturas. Y también nos gustaría destacar el cochinillo a baja temperatura que podéis ver en la imagen superior.
Calidad/precio 💰
Que el precio del menú festival del Celler de Can Roca no es para todos los bolsillos, está claro. Que la experiencia hay que vivirla, al menos una vez en la vida, también.
La calidad que encontramos es estratosférica, no hay manera de encontrarle ni un punto malo, pero claro, esa calidad se tiene que pagar. También hay que tener en cuenta que también se paga el local, del servicio, de la cantidad de gente que hay detrás de cada plato y un largo etcétera de intangibles.
Todos los restaurantes con tres estrellas Michelin que hemos consultado tienen un precio similar y se mantienen todos en la misma franja. Asimismo, podemos concluir que el precio pagado va acorde con la experiencia vivida.
Valoración final 🚦
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9.5/10
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9.5/10
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9.5/10
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10/10
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9.5/10
Resumen
El Celler de Can Roca es regentado por los tres hermanos Roca con la misma humildad que cuando lo abrieron en 1986. Seguramente ahí radica su éxito, aparte de ser cada uno de ellos uno de los mejores del mundo en su posición. Así tenemos que Joan Roca es el chef del restaurante, Josep Roca es el jefe de sala y sumiller y el más pequeño de los tres, Jordi Roca, se ocupa de la parte dulce del restaurante, siendo el repostero jefe del restaurante.